Entendemos nuestro cuerpo como un campo de batalla, al que no les faltan heridas gratuitas.
Es muy fácil: nos fiamos de nuestro sentido común, somos todas adultas y responsables y tenemos clarísimo el limite entre lo que es bien y lo que no, y ya estamos hartas de volver a explicarlo todo: sobra.
Si tu justificación es que no eres capaz de controlar tus instintos, mejor no asistas a nuestros talleres, y lo hagas solo en el momento en que hayas conseguido trabajar esos aspectos de tu cultura, cosa que te agradecemos y aconsejamos.
A la primera demostración de babosidad, se te acompañará amablemente a la puerta, para no volver a entrar.